La ropa tenía un espíritu elegante, felino y optimista, con una muestra de todo ese arte pop que por esos años pasados fueron la pauta. Hubo un motivo que se alineó en varios tamaños con el único propósito de engañar el ojo y definir el cuerpo, combinado con tiras de esas que se podrían haber encontrado sólo en el baúl de los antepasados de la familia Versace.
Lo más retro que se vió en esta colección, fue un vestido de verano y las chaquetas de estilo safari que también emulaban las de los años sesenta. Los accesorios eran muy ad hoc con la idea de retroceder en el tiempo.
Ya que Versace quiso poner énfasis en lo práctico (para usar a diario), se apoyo en el uso de tejidos elásticos, que se adaptan al cuerpo y permiten al cuerpo un mayor movimiento. Los colores que predominaron en la presentación de Versace fueron los colores naranjas, rosas, mentas, pistacho y lila.
El accesorio cool vino con una mochila que se desdobló en cuatro bolsas, haciéndola perfecta para la mamá, adolescentes y preadolescentes.
Fuente:Modaellas